viernes, 20 de agosto de 2010

CLASES SOCIALES Y LUCHA IDEOLOGICA DE CLASES (Capítulo I)

Toda formación social se compone de tres niveles: económico, ideológico y político conformando una estructura global. De estos tres niveles el determinante o más importante es el nivel económico, llamándolo así “nivel dominante”.

Las clases sociales son el conjunto del nivel político, ideológico y económico y de sus relaciones entre si; siendo la más importante y determinante la clase dominante.

La lucha de clases se trata del desacuerdo en la práctica para la realización de actividades y las que tienden al aumento de salarios (lucha económica), entre las que tienden al mantenimiento de las relaciones sociales existentes y las que tienden a su transformación (lucha política), y entre las que tienden a hacer aceptar un modo de vida existente y las que tienden a su transformación (lucha ideológica). La ideología es el conjunto de coherencia relativa de valores y creencias, participan también actividades religiosas, morales, estéticas y filosóficas.

La lucha ideológica no significa “luchar” o “glorificar” como nos sugiere la palabra las ideas políticas o sociales de una clase, sino simplemente afirmar los valores de una clase, los cuales no tienen nada que ver con la política o la división de la sociedad de clases. A las diversas regiones o formas del nivel ideológico, se las puede llamar ideologías regionales: por ejemplo: la región moral, jurídica, política, religiosa, económica, filosófica, estética, etc.

En resumen, la región del nivel ideológico que nos interesa, por concernir la producción de imágenes, es la región de la ideología estética y más precisamente, la subregión que llamamos “ideología estética de la imagen”.

La lucha de clases es una lucha de prácticas de diversas clases; que las clases siguen no sólo una práctica económica y una práctica política, sino también una práctica ideológica. La producción de imágenes sería un vehículo de ideologías en el sentido en que la forma de la imagen constituiría su propio valor estético, albergaría ideologías entendidas como contenidos.
LA HISTORIA DEL ARTE COMO HISTORIA DE LOS ARTISTAS
(Capítulo II)


El Arte o las imágenes son considerados y analizados como la objetivación de la vivencia de sus productores o creadores. El equivalente de esta actitud consiste en explicar la imagen a través de los efectos psicológicos que ésta produce sobre el espectador. Se distinguen cuatro géneros de funciones psíquicas que intervienen en la apreciación estética:

Funciones sensoriales – receptivas.
Funciones motrices – reactivas.
Funciones imaginativas – asociativas.
Funciones lógicas – reflexivas.

La psicología del arte se funda sobre una inversión de la relación individuo – historia.

El psicoanálisis no puede aplicarse en historia del arte, ya que por su índole misma, no puede ocuparse más que de los fenómenos individuales y jamás de los fenómenos históricos, que son siempre la resultante de la acción de grupos sociales. El lugar de la monografía del artista, corresponde exactamente al lugar que ocupa la biografía sobre el plano de la historia general. Una monografía de artista no posee pues la legitimidad sino a condición de no querer hacernos conocer a un artista; debe ser llevada de tal manera que contribuya al conocimiento del objeto de la historia del arte: la ideología en imágenes.

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